Esto era una bruja a la que le encantaban las palmeras de chocolate
Pues eso, me pidieron, Ramon, píntame una bruja, y que le gusten las palmeras de chocolate como a mi. Pim pam pim pam y voilá, no hay mucho mas que contaros. El gato es cosa mía. Una bruja sin gato, mmmmmm, es como starsky sin hutch.
2 comentarios:
Cacho cabrón!! Y el mío que???? Años, llevo esperando ya...
mu chula la brujica!
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